La primavera en la Sierra es difícil de explicar, difícil de describir, difícil de expresar, la primavera en la Sierra hay que vivirla, exprimirla, experimentarla…
La jara y la encina en flor visten el campo de color, el tomillo, el cantueso y el romero añaden su característico olor, los pajarillos ríen y cantan, acompañando a los arroyos y riachuelos que nos deleitan con su último pregón, el campo se luce, nos sorprende con su belleza, sin duda, está en su máximo esplendor.
Toda una explosión de colores, de olores, de sonidos, de alegría, todo un disfrute para los amantes del campo y de la naturaleza.